La noción que se tiene de una historia enseñada se basa en un mito que ha permeado la cultura nacional, aquella transfiguración involuntaria de una construcción ideológica, ha dejado una duda permanente de la raíz inicial.
El águila devorando una serpiente conforma una idiosincrasia del estado mexicano, cuyo significado se forma del pueblo y la nación, dentro de una concepción de origen. La estructura de México se ha modificado tantas veces ha sido necesaria, sin embargo está jamás ha sido sólida, puesto que su cimiento desde siempre se ha visto interceptado, la historia entonces solo deja ver una pequeña parte de el inicio de creación.
Alterar el símbolo ya posado de manera inmediata en un mercado comercial bajo un capitalismo irremediable, solo muestra un poco del manejo sistemático que se ve cada vez más afectado.